La tecnología y el medio ambiente mantienen una relación de amor y odio. Tradicionalmente, se suele incidir más en las repercusiones ambientales negativas que tiene el desarrollo tecnológico. El simple uso diario de dispositivos electrónicos, tan presentes en nuestro día a día, conlleva un consumo energético y de materias primas con importantes impactos paisajísticos y climáticos. Sin embargo, la tecnología también brinda oportunidades para ayudar a la protección del medio ambiente. Veamos algunos ejemplos a continuación. Uno de los primeros términos a los que se puede acudir en esta materia es el de transformación digital.
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